A veces no se si me encanta el café o lo odio. Me gusta el buen café pero odio el aguado. Por recomendación de una amiga estuve a punto de cometer un grandísimo error ecológico: Comprarme una maquina Nespresso. Un delicioso café siempre que quieras, en casa, en un momento, y de la misma calidad que el de los bares. Puedes preparartelo del tipo que quieras y siempre saldrá bueno. Desayunar así todos los días es un lujo que casi todos nos podemos permitir, porque el verano pasado por lo menos, vendían sus cafeteras con una promoción en la que después te devolvían 50 euros, y teniendo en cuenta que sus máquinas más baratas cuestan 100 euros, era un chollo. Las cápsulas se compran en las cada vez más habituales tiendas de la marca por 30 céntimos cada una, más barato que el café pésimo de las maquinas que hay en las oficinas. Entonces, ¿cual es el problema?
Pues mi negación a tan grande tentación es que esas cápsulas están hechas de aluminio y contaminan muchísimo. Nestlé ha puesto en marcha una campaña de reciclaje de las mismas que consiste en una contenedor especial en sus establecimientos. Lo que pasa es que sólo están disponibles en Suecia, y aunque los extendieran al resto del mundo, sería difícil que una persona que está pagando por la comodidad que ofrece la máquina se moleste en reciclarlas, más aun cuando hay mucha gente que las compra por internet y no se acerca a las tiendas para nada. Además, estas cápsulas tienen una tapa de plástico, que debería ser retirada, y habría que quitarles los restos de café que quedan después de haberla consumido. Está claro que muy poca gente se tomaría la molestia de cortar cada una para sacar los posos. En el mejor de los casos, cuando el aluminio sea separado correctamente y pueda reciclarse, se estarán procesando 50 gramos de residuos por cada 30 gramos de café! La cultura de usar y tirar (y no reciclar) sigue avanzando a pasos de gigante.
¿Sabéis qué? que me quedo con mi cafetera de filtro reutilizable, que no hace un café tan bueno, pero, ¿para qué están las cafeterías? Ya me siento lo suficientemente mal cuando me pido un café en una de esas cafeterías "take away" y luego no encuentro ningún contenedor amarillo.