En febrero de 1785, en el antiguo pueblo de Blair (actualmente Burkittsville), que se encontraba en el norte central de Maryland, a dos horas de distancia de Washington DC, una anciana llamada Elly Kedward engañó a varios niños de la ciudad para que fueran a su casa y les sacó sangre. Cuando los niños se lo contaron a sus padres y les enseñaron las heridas, los ciudadanos reaccionaron con una rapidez brutal. Después de acusarla de brujería, de acuerdo con las leyes locales, la expulsaron del pueblo.
Kedward fue atada a una carretilla y en ella la empujaron a los bosques, donde la abandonaron a la muerte en medio de un invierno especialmente duro. Dando por hecho que Elly había muerto de frío, la gente de Blair volvió a una aparente calma. Pero esta calma solo fue presagio de otras tempestades.
En noviembre de 1786, la primera noche que nevó, la hija del magistrado de la ciudad desapareció misteriosamente. Una semana más tarde, el principal acusador de Kedward también desapareció. Para el final del invierno, casi la mitad de los niños de la ciudad habían desaparecido sin dejar rastro, incluyendo a todos los acusadores.
Temiendo una maldición, los ciudadanos huyeron aterrorizados en cuanto mejoró el tiempo...
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