Hoy he encontrado mi colección de canicas, ¡que ilusión! Recuerdo esas tardes en las que después de clase iba a comprar chuches al kiosko, y ya de paso me compraba una canica a 5 pesetas. Intentaba buscarlas de colores, eran las mas bonitas. Me gustaba acercarmelas al ojo y mirar a la luz. Así todo se veía del color de la canica, distorsionado y como si tuviera bichitos. Yo decía que eran larvas de mosquito cristalizadas, y jugaba a ser microbiologa (en idioma de niña: "moquitos pequeñitos atascados en el cristal. Esto es para verlos grandes").
No se quien me regalo el saco de cuero con algunas canicas, grandes y pequeñas, y el libro donde explican 30 formas de jugar a las canicas. Después de comprobar lo bien que me sentía con ese saco de cuero, como si fuera un pirata con la bolsa llena de monedas de oro, me propuse llenarlo completamente. Y así, canica a canica, lo llene de una bonita colección de ellas. He jugado muy pocas veces a las canicas de la forma que todo el mundo conoce, pero yo me inventaba otras, es lo que tiene ser hija única. Y hoy he vuelto a hacer eso que me gustaba hacer de pequeña; sacar todas las canicas de la bolsa y ordenarlas por tamaño y por colores, y después mirar a traves de ellas, y ver como cambia el mundo, con sus pequeñas "larvas de mosquito".
Ojala existieran canicas gigantes por las que todo el mundo mirara a la vez, y así las cosas grises de la tierra se tornarían azules, verdes, rojas o amarillas, dandoles una pizca de color. Ojala toda la gente pudiera llevar una canica en su bolsillo, para poder mirar a través de ella en los momentos tristes. Y así, con ese simple gesto, el mundo sonreiría y se llenaría de pinzeladas de mini-mosquitos cristalizados.
Un besote soñadores!!!
No se quien me regalo el saco de cuero con algunas canicas, grandes y pequeñas, y el libro donde explican 30 formas de jugar a las canicas. Después de comprobar lo bien que me sentía con ese saco de cuero, como si fuera un pirata con la bolsa llena de monedas de oro, me propuse llenarlo completamente. Y así, canica a canica, lo llene de una bonita colección de ellas. He jugado muy pocas veces a las canicas de la forma que todo el mundo conoce, pero yo me inventaba otras, es lo que tiene ser hija única. Y hoy he vuelto a hacer eso que me gustaba hacer de pequeña; sacar todas las canicas de la bolsa y ordenarlas por tamaño y por colores, y después mirar a traves de ellas, y ver como cambia el mundo, con sus pequeñas "larvas de mosquito".
Ojala existieran canicas gigantes por las que todo el mundo mirara a la vez, y así las cosas grises de la tierra se tornarían azules, verdes, rojas o amarillas, dandoles una pizca de color. Ojala toda la gente pudiera llevar una canica en su bolsillo, para poder mirar a través de ella en los momentos tristes. Y así, con ese simple gesto, el mundo sonreiría y se llenaría de pinzeladas de mini-mosquitos cristalizados.
Un besote soñadores!!!
2 comentarios:
Un relato interesante. Pero observo que quizá sería más facil arreglar los fallos que pueda cometer (y cometa) la humanidad, que creer que sonreirán por ver através de una bola gigante de cristal (a no ser que lleve dinero dentro.. o joyas o algo del estilo. Y si eso fuera así, entonces intentarían destrozarla para quedarse con lo que hay dentro, asi que..) Quizá simplemente tengamos que alegrarnos de (y arreglarnos con) lo que tengamos. Aunque eso solo sea un montón de mini bichitos dentro de bolitas de cristal guardadas en una bolsita de cuero :) :*
nice post.. i like it.
Further Info : http://www.despedidasoltero.eu
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