lunes, 23 de mayo de 2011

La ola verde ya está aquí

Supongo que el movimiento 15-M habrá cumplido uno de sus objetivos en estas pasadas elecciones; si ellos pedían no votar a los partidos grandes para evitar el bipartidismo, lo que han conseguido es que el descenso del PSOE sea aun más pronunciado (porque los del PP no van a dejar de votarles). De esta manera el PSOE deberá buscar alianzas con otros partidos pequeños para conseguir muchas alcaldías, y así esos partidos serán claves. La duda está en si sabrán jugar bien sus cartas y ejercer presión para mejorar la situación aunque sea a nivel municipal o si se venderán al más fuerte a cambio de algún puesto acomodado.
Por aquí nuestra situación es bastante diferente. En Bilbo está la única alegría del PNV donde mantiene la alcaldía. En Iruñea Yolanda Barcina sigue liderando el ayuntamiento y en Gasteiz el PP choca con el resto de resultados electorales. Bildu ha sorprendido hasta a ellos mismos superando las mejores previsiones. La ola verde ha llegado hasta Donostia, donde ha conseguido ser primera fuerza. De ahí el PSE no se ha movido en 20 años y muchos sueñan con perder de vista a Odón Elorza. En Juntas Generales también ha arrasado consiguiendo la mayoría, aunque parece poco probable que le dejen tomar decisiones (huele a pacto), al menos podrán dar su opinión y hacer frente a los que siempre han estado dominando.

Respecto a los municipios, en total han conseguido más de 1.000 concejales. 313.231 votos. Increíble. Una noche totalmente multimedia, saltando de la tele a la radio, al livestream, al twitter y al facebook. Que estrés! las noches electorales eran mucho más tranquilas cuando sólo se podían seguir los resultados por la tele, con la manta y unas palomitas en el sofá. Eso sí, asistí a un par de conciertos online y puse a prueba mi capacidad de atender a varias cosas a la vez, con un ojo puesto en la tele y otro en el ordenador.


Ahora ZP tiene un año para hacer algo de provecho, para arreglar las cosas y salir en los libros de historia por algo más de por haber negado una crisis más que evidente. Todavía está a tiempo de ganarse la confianza de esos miles de jóvenes desencantados que se manifiestan en las plazas de las ciudades, y de conseguir que su partido no pierda el poder de manera tan ruin. Por lo menos debería intentar dejar la presidencia con la cabeza alta, pues los demás no la vamos a agachar.

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