Ultimamente se han puesto de moda las manualidades. Dicen que por la crisis, aunque yo no estoy tan segura porque muchas veces hacer las cosas en casa sale más caro que comprarlas. En mi opinión están de moda porque en este momento en que se puede comprar todo valoramos más lo hecho en casa.
Ahí están las dichosas pulseras de gomitas, los collages, los álbumes de fotos caseros, los muñecos de goma Eva o la vuelta a la cocina con los cupcakes. Yo he pasado por todas esas fases del Do It Yourself y ahora estoy con esas preciosas –mal-llamadas– magdalenas de colores.
No pienso daros recetas ni nada de eso (que ya hay demasiadas en internet), solo materiales básicos y algunos miniconsejos. Hice un curso con Nuria, del donostiarra PinUp Coffee, y me lo pasé genial, así que se lo recomiendo a cualquiera. Por mi parte, me relaja mucho la repostería, así que los días libres que hace malo mi padre se frota las manos porque ya sabe lo que saldrá del horno.
Pues bien, lo primero que necesitamos es hacer una magdalena. A mi me gustan las de canela y ralladura de limón. Las hago con harina y azúcar integrales y con margarina baja en grasa en vez de aceite. Así no tienen tantas calorías. Tienen que ser más planas que las magdalenas normales para que la decoración quede bien.
Para eso hacemos el buttercream, que se hace con icing sugar y mantequilla (y aquí si que no vale margarina). Si queremos darle color necesitaremos colorante y si queremos darle sabor, pues o cacao en polvo, frutas o esencias. Yo tengo colorante azul para hacer Trikis, y una esencia de vainilla. Con eso me vale de momento.
Para hacer las formas necesitaremos una manga pastelera y boquillas. Recomiendo las de plástico. Intenté con la de tela que mi madre tenía en casa desde hace mil años, por eso de no general residuos, pero es una guarrada… se desperdicia muchísimo frosting y encima te manchas entera. La boquilla que más me gusta es una con forma de estrella bastante grande, que creo que se llama 1M (según he visto por ahí) y sirve para hacer rosas, txorongillos o los pelos despeinados de Triki.
Ahí están las dichosas pulseras de gomitas, los collages, los álbumes de fotos caseros, los muñecos de goma Eva o la vuelta a la cocina con los cupcakes. Yo he pasado por todas esas fases del Do It Yourself y ahora estoy con esas preciosas –mal-llamadas– magdalenas de colores.
No pienso daros recetas ni nada de eso (que ya hay demasiadas en internet), solo materiales básicos y algunos miniconsejos. Hice un curso con Nuria, del donostiarra PinUp Coffee, y me lo pasé genial, así que se lo recomiendo a cualquiera. Por mi parte, me relaja mucho la repostería, así que los días libres que hace malo mi padre se frota las manos porque ya sabe lo que saldrá del horno.
Pues bien, lo primero que necesitamos es hacer una magdalena. A mi me gustan las de canela y ralladura de limón. Las hago con harina y azúcar integrales y con margarina baja en grasa en vez de aceite. Así no tienen tantas calorías. Tienen que ser más planas que las magdalenas normales para que la decoración quede bien.
Para eso hacemos el buttercream, que se hace con icing sugar y mantequilla (y aquí si que no vale margarina). Si queremos darle color necesitaremos colorante y si queremos darle sabor, pues o cacao en polvo, frutas o esencias. Yo tengo colorante azul para hacer Trikis, y una esencia de vainilla. Con eso me vale de momento.
Para hacer las formas necesitaremos una manga pastelera y boquillas. Recomiendo las de plástico. Intenté con la de tela que mi madre tenía en casa desde hace mil años, por eso de no general residuos, pero es una guarrada… se desperdicia muchísimo frosting y encima te manchas entera. La boquilla que más me gusta es una con forma de estrella bastante grande, que creo que se llama 1M (según he visto por ahí) y sirve para hacer rosas, txorongillos o los pelos despeinados de Triki.
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| Estos no son mis Trikis, son de la firmante MJCoria |
También podemos ponerle fideos de colores o bolitas o lacasitos o trozos de chocolate o… cualquier cosa para adornar. En el súper hay un kit con fideos, bolitas, corazoncitos y azúcar (todo en tonos rosas), pero si queremos más variedad deberemos acudir a una tienda especializada. Los precios son parecidos.
Si usamos papeles de molde necesitaremos una bandeja rígida para cupcakes, pero podemos usar también de silicona si son para nosotros, y volver a usar. También podemos usar estos moldes de silicona a modo de bandeja para los papeles.
Y ya está. Del fondant no os digo nada porque no me gusta demasiado. Es divertido pero el sabor es raro, así que esto es lo más básico para empezar. A partir de ahí, cualquier cosa vale.
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