Las leyendas históricas describen una gran variedad de métodos para convertirse en Hombre Lobo. Una de las más sencillas es la de desnudarse y usar un cinturon hecho de piel de Lobo, probablemente un sustituto de asumir toda la piel del animal que también es frecuentemente descrita para este proceso. En otros casos el cuerpo se frota con savia mágica. Otras maneras también consideradas para lograr la metamorfosis son el beber agua que esté sobre la huella del animal o beber de ciertas fuentes encantadas. Olaus Magnus dijo que los Hombres Lobo de Livonia fueron iniciados al drenar una copa de cerveza especialmente preparada mientras se repetía una fórmula. Ralston, en sus “Canciones sobre la gente rusa” da una forma de encantamiento que aún es familiar en Rusia. También se dice que cuando una mujer da luz a seis niñas, nacerá un séptimo varón y será un hombre lobo.
En el folclore gallego, portugues y el de Argentina y Brasil, es el séptimo de los hijos varones. Esta creencia estuvo tan extendida en Argentina que los séptimos hijos eran abandonados, cedidos en adopción o asesinados, en Argentina el hombre lobo es llamado el lobizon o luisón. Una ley de 1920 decreta que el presidente de Argentina es el padrino de cada uno de los séptimos hijos. Así, el Estado les otorga una medalla de oro en su bautismo y una beca escolar hasta la edad de 21 años. Esto logró finalizar con los abandonos de niños, y es aún es tradicional que el Presidente Argentino sea el padrino de los séptimos hijos.
En otros casos la transformación se logra supuestamente mediante agentes satanicos a los que se somete voluntariamente, y eso se hace con los fines más desagradables, en particular por la gratificación del anhelo de la carne humana (la carne humana que el licantropo puede anhelar puede entenderse como tal o, puede entenderse figuradamente como el deseo sexual sin censura alguna. Richard Verstegan escribió: «Los hombres-lobo, son ciertos hechiceros, que al untar sus cuerpos con un ungüento que ellos elaboran con el instinto del diablo, y lo ponen en cierta faja encantada, no sólo a la vista de otros lucen como Lobos, sino que su propio pensamiento tiene la forma y naturaleza de lobos, tan pronto como estos visten la faja mencionada. Y disponen de sí mismos como Lobos, al mordisquear y matar, en especial a criaturas humanas». Tales eran los puntos de vista acerca de la licantropía a través de Europa Continental cuando Verstegan escribió: Los ungüentos y las savias en cuestión pueden contener agentes alucinógenos (en particular los derivados de la belladona).
Hay teorías que dicen que a los Licántropos, cuando no están convertidos en lobos, el pelo de Lobo les crece hacia adentro, y cuando es un ser humano, le crece la piel hacia adentro; así que cuando se transforma, le daría vuelta a su propia piel.
También existen varios métodos para eliminar la forma bestial. El más simple era el acto de desencantar, y otro era el retiro del cinturón o piel del animal. Otros métodos de posibles curas son: arrodillarse en un punto durante cien años, ser reprochado por ser un Hombre Lobo, ser saludado con el signo de la cruz, ser llamado tres veces por el nombre bautismal, ser golpeado tres veces en la nuca con un cuchillo, o al menos derramar tres gotas de sangre. Muchos cuentos folclóricos europeos incluyen lanzar un objeto de hierro sobre o hacia el hombre lobo, para que éste revele su forma humana.
El hombre lobo fue el mito más original que se ha visto en la actualidad desde los tiempos antiguos hasta nuestra época.
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