Un articulo de El país me ha hecho pensar en lo cara que está la vida. Vale, ya me había dado cuenta pero es que es taaaan evidente que nos han engañado.
1,50€ por un café y nos parece lo más normal del mundo cuando antes nunca hubiéramos pagado 250 pesetas. La verdad, cuando había pesetas yo no tomaba café, así que no sé cuanto costaba, pero sí iba al cine. 500 pesetas costaba la sesión de la tarde del domingo en mi pueblo, en aquellos tiempos en los que las descargas de internet eran impensables. Con el cambio no recuerdo cuanto costaba, pero seguro que no eran sus equivalentes 3 euros, así que la excusa de que el cine cueste el doble, 6€ (en sesiones normales), porque «internet ha hecho mucho daño a la industria» no vale. ¿1.000 pesetas por ver una película en pantalla grande? Hasta al más cinéfilo le duele el bolsillo.
¿Y qué me decís de las chucherías? antes con 100 pesetas comprábamos dos paquetes y una bolsa llena de gominolas, piruletas y chicles. Ahora vete a comprar con 60 céntimos, a ver qué te dan. Al principio los chicles de 5 pesetas pasaron a costar 5 céntimos, y como no era lo mismo empezaron a hacerlos más grandes, hasta que de repente el envoltorio era grande pero el chicle volvió a ser pequeño. Tampoco bebía alcohol con 14 años, pero una vez un compañero comentó que solía tomar "txikitos" por 25 pesetas (0,15 euros). Hoy en día un vasito de vino tinto no baja de 70 céntimos.
«Ahora se cobra más», dirán algunos. ¿Seguro? El salario mínimo ronda los 640 euros, es decir, 106.000 pesetas. Mi padre cobraba eso hace 40 años, no en 2002. Hoy en día la vida se ha encarecido por lo menos doblemente, pero los sueldos mileuristas de la mayoría (170.000) apenas han aumentado en medio siglo.
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