domingo, 26 de febrero de 2012

La venganza del chicle

Digamos que soy el kiosco de la redacción. En mi cajón siempre hay galletas y algún caramelo. Desde que una vez llevé unos chupa chups de cereza una compañera y yo vivimos en lucha constante por ver cual de las dos lleva los caramelos más raros. Bueno, en realidad lo hacemos con buena intención, pero queda mejor si meto la rivalidad de por medio.

Por supuesto, los vichy ya han pasado por mi escritorio. También los regalices de menta y los de violeta, a los que mi compañera respondió con unos caramelos muuuuy ricos de naranja y limón. Un día llevé los chicles de arándano que están buenísimos, pero al principio pican bastante. Personalmente me gusta que piquen.

A mi compañera también le gustaron, tanto que decidió traer unos que los superaran. El otro día me ofreció un paquete rojo que no había visto en mi vida. Olían a canela (¿chicles de canela?) y tenían un símbolo de una llama muy sospechoso. Me metí el chicle en la boca con cuidado, desconfiada. Un sabor muy suave a canela mató el de pasta de dientes que tenía. Después de hacer el primera «ummmm…» empezó a picarme la boca como una cosa mala. «Tranquila, solo es al principio». Já! Eso picaba cada vez más. Pensaba que no lo aguantaría, pero aguanté. Siguió picando durante la hora y pico que lo tuve en la boca.

Big Red se llaman los dichosos chicles, y por lo que he podido saber se comercializan en Estados Unidos y fueron un boom en los 80. Vete a saber de dónde los ha sacado, pero estoy por pedirme una tonelada, porque incitan al masoquismo. No es un picor tipo "menta extrema" sino "jalapeño". Vamos, que en lugar de abrirte la nariz te da la tos. Pican demasiado pero están muy buenos.

Esta experiencia ha sido bastante mejor que la vez que me comí un chupa chups de sandía con chile en México. Esa mezcla extraña no encajaba para nada en mi paladar. Y cuando por fin conseguí chuparlo sin salivar en exceso, entré en un museo y lo tuve que tirar. Siempre que no me recomendéis bocadillo de nocilla con chorizo, estoy abierta a propuestas de guarrindongadas, igual que Robin Food.

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