Últimamente se ha desatado la polémica (por llamarlo de alguna forma) sobre el cuerpo de Scarlett Johansson porque han aparecido unas fotos en bikini y unas imágenes de una película en la que aparece desnuda. Al parecer no muestra un cuerpo 10 a ojos de muchos. Las chicas la critican vilmente casi con un «jajajaja me río en tu cara» diciendo que tiene celulitis. Los chicos dicen que está gorda y que se les ha caído un mito. Vamos a ver, señoras y señores. Por puntos.
Por un lado, valga decir que a mi esta chica nunca me ha parecido guapa. Resultona sí, pero no me parece guapa de cara. Es mi opinión personal y eso no me convierte en una envidiosa, vale? no me importa admitir que otras famosas son guapas (Liv Tyler me encanta, Alexa Chung, Megan Fox antes de operarse… no sigo que me desvío).
Dejando claro esto, paso a defender a Scarlett. Chicas, si lo que queremos es que se valore a la mujer como tal y no por su cuerpo, las primeras que debemos juzgarnos somos nosotras.
Chicos, ¿que se os ha caído un mito? vamos a ver, ¿es que no sabéis que existe una herramienta de manipulación que se llama photoshop y cuya función es crear en el imaginario colectivo modelos de mujer que no existen? Lo que se consigue con esto es que la mujer perfecta sea un transexual, o una mujer demasiado operada, que finalmente se parecen a esas chicas de las revistas. Scarlett tiene 28 años y sus carnes ya no están tan firmes como hace cinco años. Scarlett ya no está tan delgada y la grasa empieza a acumularse en su culo (esto lo digo por experiencia, que yo tengo 27 y me ha pasado lo mismo). ¿Eso es malo? No. Lo malo es que las revistas cogen esas fotos y las transforman a su antojo.
No digo que no haya chicas como las que nos quieren vender, el mundo es grande y hay de todo, pero desde luego no es lo habitual. Scarlett es, dentro de los gustos de cada uno, una chica normal. Para mi no es guapa, pero para la mayoría sí. Tiene unos ojos bonitos, unos labios sensuales y una piel cuidada. Una belleza extraña que a muchos les parece irresistible.
Cuando se enfunda en un apretado vestido de corte lápiz todo el mundo se queda boquiabierto, está espectacular. Recuerda a las actrices de los 50, rollo Marilyn Monroe. Lo que no entiendo es cómo esa gente que babea con sus curvas después critica que las tenga. A ver si os enteráis que un vestido no se llena con huesos y piel. Mi culo gordo queda de muerte en unos vaqueros y el tener unos kilos más que hace cinco años me ha regalado una talla más de sujetador. Vamos, que en vez de cuerpo de niña tengo cuerpo de mujer.
Y a quién diga que se le ha caído un mito, le invito a que se imagine cómo sería cualquier mujer si tuviera dinero para ir a la mejor peluquería, tener un buen maquillador, un personal trainer y un armario de buena ropa, además de tiempo para dedicarse a su cuerpo y a su mente. Todas seríamos esa Scarlett con vestido lápiz buenorra. Sin embargo, como no tenemos nada de eso, nos apañamos y simplemente somos Scarlett en bikini.
Con esto defiendo a las actrices con chicha, pero también quiero defender a los insectos palo. Los que son así por genética, como Keyra Nightley o Natalie Portman. ¿Por qué las defiendo? Pues porque es raro (raaaro, no imposible) que una mujer tan delgada tenga tetas grandes, y ellas no las tienen, lo que demuestra que no se han dejado seducir por la magia del quirófano. Otro aplauso para Uma Thurman, a la que aconsejaron operarse la nariz para triunfar pero que hizo caso omiso. A ella le dijeron que era demasiado grande para encajar en Hollywood, pero la variedad de gustos jugó a su favor y Tarantino se enamoró perdidamente de ella, la hizo su musa, no quiso que nada de ella cambiara. Y Julia Roberts? Con esa sonrisa enorme, no tiene un atractivo especial? Bravo por Jennifer Lawrence que admite que le encanta comer.
Bajitas, altas, delgadas o no tanto. Somos mujeres, no barbies. No estamos hechas con moldes. Tenemos celulitis y se nos terminan descolgando las tetas. A ellos se les cae el pelo y les sale barriga. Todos nos arrugamos. Es lo que hay, envejecemos y menos mal! Tener pequeños complejos es normal, pero no deben condicionar nuestra vida.
Todos merecemos mirarnos al espejo y sentirnos sexys.
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