jueves, 18 de diciembre de 2014

Dejar de fumar es fácil si Allen Carr te dice cómo

No soy fumadora. Nunca lo he sido. De hecho, me da mucho asco el tabaco. Mis padres siempre han fumado pero hará más de quince años que lo dejaron, y fumaban uno o dos pitillos al año, en ocasiones especiales. Un error en mi opinión, pero así eran felices.

Hace año y poco empezaron a fumar otra vez y es la mayor estupidez que habrán hecho en su vida. Que si solo los sábados, que si uno después de comer… y ahora fuman como carreteros. No les ataco con que es malo para su salud, sino que es malo para la mía, porque no se cortan un pelo si tienen que echarme toda la chumarraca en la cara. Bastante tengo con que tenga que tragarme el humo de mis compañeros de curro cada día mientras como que encima también los fines de semana, con el postre, llega Doña Nicotina.

Suelen decir cosas del estilo de «delante de los niños no fumamos». La razón? porque es malo para ellos aspirar humo. Ah. Pero para mi no. No entienden que yo no quiero tragar humo. No importa que los compare con cocainómanos, con la diferencia de que un cocainómano no me va obligando a esnifar restos de su rayas por ahí.

Recuerdo que cuando llegaba de fiesta mi madre me obligaba a desvestirme en la cocina y colgaba la ropa en el balcón para que se le fuera la peste a humo. Ahora su casa huele así y no le importa, no lo percibe. Pero por si acaso toma chicle después de fumar… y no se da cuenta que es aun peor esa mezcla de menta y tabaco frio. En fin.

Tres veces en este año me han dicho que van a dejar de fumar. No les creí la primera, la segunda hice una apuesta y perdieron, y la tercera es un propósito de año nuevo, o algo así… últimamente mucha gente –sobre todo joven– está dejando de fumar a mi alrededor, sea por salud, por estética, porque ya no está de moda o porque rasca el bolsillo, pero muchos me han recomendado el libro de Allen Carr "Es fácil dejar de fumar, si sabes cómo". Me han dicho que no dan las típicas razones de que si es malo y bla bla bla, que dan otras mucho más convincentes, que a mi no se me ocurren porque no soy fumadora.

Así que he pedido ese libro a Olentzero para ellos. Espero que su intención y promesa de dejar de fumar no sea otra mentira, y entonces este libro les ayudará. He leído uno de los últimos capítulos que va dirigido a los no fumadores que quieren que sus personas queridas dejen de fumar y una de las recomendaciones es que dejemos de machacarles. Vamos, que conmigo ha dado en el clavo, así que le haré caso.

Allen Carr fumaba desde los 18 años y a los 48 acudió a hipnosis por petición de su mujer. Pasó de fumarse 60 cigarros al día a no fumar nada en dos horas. Captó de que iba el rollo y escribió un libro con una técnica novedosa que tiene un poco de autohipnosis y un poco de verdad pura y dura, que combinadas con la fuerza de voluntad hace que una persona fumadora deje de serlo. Carr dice en el prologo que si siguiera fumando un día moriría de un ataque cerebral y nadie lo achacaría al tabaco, pero que sería consecuencia directa. Finalmente murió de un cáncer de pulmón y los médicos no saben si fue por su antiguo hábito o por el de sus clientes, que podían fumar en la consulta durante la terapia. Osea, murió por fumador o por fumador pasivo.

Tengo muchísima curiosidad por saber de qué trata el método, quiero saber cuales son esas razones que convencen a un drogadicto de que deje su droga, quiero aprenderlas para poder rebatirle a cualquier fumador porque la mayor arma es la información. Pues eso, que me he hecho con una copia digital del libro para empezar a leerlo ya mismo. No quiero leer el de papel porque el simple hecho de que quienes vean la portada piensen que fumo me da vergüenza. En serio, que asco.


*Llevo ya más de medio libro y ahora más que asco siento pena. Fumadores del mundo, aunque no tengáis intención de dejar de fumar, leer el libro que os va a abrir los ojos.
**Ya lo terminé y espero que tenga efecto en todos aquellos que lo lean. Especialmente mis padres.

No hay comentarios: