miércoles, 28 de marzo de 2018

De los tiempos de Fotolog

El otro día tuve un punch de inspiración y vino a mi mente el nombre del Fotolog que utilizábamos las amigas de clase. Una pena que no recordara también el email y la contraseña que utilizamos para registrarnos porque de ser así, de un arrebato, lo hubiera borrado. Pero oh my god, qué reliquia.

Se suponía que era un Flog (así lo llamábamos, no?) comunitario, en el que todas debíamos participar poniendo fotos o comentando, y como sólo podíamos hacerlo desde la cuenta con la que nos registramos, todas nosotras teníamos la contraseña. Al terminar nuestra aportación debíamos firmar con nuestro nombre porque si no era imposible saber cuán de las siete había escrito.

Generamente yo era la que ponía fotos e insistía a las demás para que participaran. Había una que me seguía la corriente y de vez en cuando subía fotos o escribía comentarios y firmaba. Yo subía fotos de mis amigos o de las fiestorras de fin de semana, y les contaba cómo había ido. Pero recordad que en esa época en la que mandar mensajes con el móvil costaba dinero acortábamos las palabras muchísimo, y yo, por lo que veo, era una experta porque hasta para escribir en los post ponía "kosas k hoy en día m kuest leer". En realidad escribía mucho peor, pero afortunadamente mis dedos aprendieron la mecánica del teclado y ahora me es muy difícil escribir así.

Qué tiempos. Si hubiera sabido que Fotolog cerraría y nos dejaría a todos con el culo al aire, con todas esas foto ahí, sin posibilidad de borrarlas (o yo al menos no he encontrado manera). Cuando dijeron que Fotolog cerraba las puertas supuse que su servidor desaparecería también, y con él todo el contenido de la primera red social de la historia. Algo así como pasó con Tuenti, que avisaron que se borraría todo y ahí me teníais como una loca recuperando esas fotos en las que me etiquetaban pero no había guardado. Pero no fue así, y todas nuestras vergüenzas juveniles quedaron ahí, colgadas en el limbo de la tecnología, con unas letras que me hacen parecer mucho más choni de lo que soy.

Ay, parfavar.

Aún recuerdo una ocasión en la que la cagamos pero bien. En realidad no fue una cagada, sino un malentendido que dura hasta hoy. Como he dicho, solo dos de las 7 amigas éramos realmente activas en el Flog, pero un día se le ocurrió postear a una de las 5 restantes. No firmó. Puso una foto de un compañero de clase y comentó ciertas cosas sobre él y sobre otro par de compañeras. Realmente cualquiera que nos leyera habitualmente o nos conociera entendería que el comentario que hizo al respecto no era ningún dardo envenenado, sino una broma. Entre nosotras nos llamábamos lerdas, flipadas y chulas, y así andábamos poniendo calificativos a todo el mundo, pero no iba en serio.

Resulta que este chico en cuestión era el típico que sabe de todo. Era muy listo y nos sentíamos realmente tontas. Así que empezamos a llamarle Pitagorín, no por meternos con él sino aceptando lo tontas que nos sentíamos. A su vez, a las otras dos compañeras que que mencionaba las llamábamos viciosillas. Suena fatal, lo sé, pero una vez más no era por meternos con ellas. Era porque solían ir muy guapas a clase, y nosotras justo justo íbamos peinadas, y solían pintarse mucho los ojos y un día a alguna se le ocurrió decir que tenían mirada viciosilla, cuando en realidad quería decir algo así como sexy. Y se les quedó.

¿Qué pasó? Pues que mi amiga que, repito, NO firmó, puso todo eso sin tener en cuenta de que era un comentario público, y no entre nosotras, y que probablemente quien no tuviera suficiente trato con nosotras se lo tomaría a mal.  Y así pasó. El chico en cuestión leyó el comentario y me puso de vuelta y media A MÍ! claro, yo era quien normalmente escribía en el blog. Tuve la necesidad de explicarle que no había sido yo quien lo había escrito, pero que aun así no iba de mala manera. Le hice un resumen, pero no le cuadró. Cuando se lo conté a mi amiga se reía, no le daba importancia, y es que ella tiene otro carácter… es más pasota.

Total, que me sentí fatal por lo que había pasado y aún hoy me arrepiento de no haber abierto aquél Flog yo solita, porque sí, ahora mismo habría un montón de fotos y comentarios absurdos míos del final de mi adolescencia, pero jamás de los jamases hubiera publicado algo que pensara que podría resultar ofensivo para alguien.

Así que bueno, dudo mucho que algún día fuéramos amigos ese chico y yo, pero aun así me sabe mal porque sé que no es posible caer bien a todo el mundo, pero me da rabia que fuera por algo que no hice yo.

No os pienso decir la dirección del Flog, si es lo que pensabais, pero termino con una lista (robada) de recuerdos que nos deja «la versión beta de Instragram»:

-La gente publicaba sin filtro: lo que os he dicho, que ahí lo contábamos todo como si fuera nuestro grupo de Whatsapp, y luego pasaba lo que pasaba.

-Comentarse era símbolo de amistad: hoy en día le damos "like" a las fotos de nuestros amigos en Insta, aunque estemos hartas de sus dos mil selfies con morritos o de su gato o de sus vacaciones en la montaña. Pero son tus amigos. Antes entrábamos en Flog y, como no existía ni "me gusta" ni corazoncitos, pues la única forma de hacer saber que te habías pasado era comentar.

-Dedicar canciones a la persona anónima que te gustaba: Esto creo que no lo llegué a hacer, pero sí que le dediqué canciones a algún amigo.

-Meterse en un bucle de perfil en perfil: algo así como me pasa ahora en la Wikipedia, que tras ocho páginas ya no recuerdo qué estaba buscando.

-Los primeros problemas provocados por una red social: básicamente lo que nos pasó a nosotras con el chico este de la foto.

-TKM mi niño gÜ@pò: Eske ya n rekuerd komo skribia xo era algo asi. Las Ks, todas para mí!

-Eskanear fotos para subirlas al perfil: Well, yo tuve una cámara digital bastante pronto y además era una puta paparazzi. Ahora repaso fotos de aquella época y tengo a medio pueblo fichado, así que más vale que nadie se meta conmigo o saco a la luz su oscuro pasado. Con esto quiero decir que eso de escanear fotos no se aplicaba porque contaba con una gran selección de fotos de las que echar mano.

-Escribir en clave: se refiere a esas páginas que surgieron en las que escribías un texto y le daba la vuelta a los caracteres para que fuera más difícil leerlos, pero no recuerdo haber hecho esto nada más que para poner mi nombre en el perfil del Messenger en una ocasión.

-Tener un Fotolog en común era la unión definitiva: ¿Qué os decía? Nosotras éramos inseparables, que para eso pasábamos taaantas horas juntas en la facultad.

-Personalizar tus colores: nuestro Flog tenía fondo negro y letras verdes pistacho, no os digo más. He leído un par de páginas hoy y me ha costado recuperar la vista.

-La simplicidad: Elegir una foto, subirla, ponerle un texto y comentar. Pues eso, como hoy en Insta pero sin postureo.

-MySpace fue su primer gran enemigo: Mucho antes de que fuera una plataforma para música aquello era una especie de perfiles personales. Recuerdo que intenté hacer uno con mis amigos pero, adivinad, nadie participaba excepto yo, así que terminé haciendo lo que debía haber hecho con el Flog y era gestionarlo yo solita, para mí, con mis cositas. Terminó siendo un cúmulo de carpetas de fotos de grupos (the Rasmus), series (La tribu) y películas (El señor de los anillos) que me gustaban. Y ahí la gente que me comentaba eran desconocidos con los mismos gustos, y era todo mucho mejor. Desconozco si mi espacio seguirá estando en el limbo tecnológico o estos hicieron bien eso de desaparecer del mapa.

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